La transformación digital está revolucionando la agricultura, pero este proceso de digitalización no se realiza de un día para otro, sino que requiere de tiempo y habilidad en el manejo de la tecnología. Según el informe La reinvención digital. Una oportunidad para España (Mckinsey y Cotec, julio de 2017), la agricultura en España tiene un potencial técnico de automatización del 57%, sobre todo en actividades vinculadas a la práctica física y a la captura y manejo de datos.
En el informe presentado en 2018, la fundación COTEC, resalta que con el uso de la robótica, el geoposicionamiento y el Big Data, resulta de gran utilidad para la mejora de la sostenibilidad, rentabilidad y la eficiencia de los procesos de la actividad agraria. El uso de esta tecnología, permite obtener datos necesarios para la toma de decisiones, para un uso eficiente del agua, energía, tratamientos fitosanitarios y de fertilizantes.
Para ello es necesario realizar un análisis y gestión de la información que nos facilita la tecnología a través de herramientas informáticas. Con esta información, los dirigentes de negocios podrán realizar una mejor toma de decisiones y mejorar el uso de recursos disponibles para realizar su actividad agraria. Pero no siempre el conocimiento y manejo de las nuevas tecnologías están al alcance de todos los dirigentes y profesionales del sector agrario, para poder sacarle el máximo partido y maximizar su rentabilidad.
A priori, puede que parezca un tanto sencillo su manejo, ya que gran parte de los dirigentes y profesionales están familiarizados hoy en día con ordenadores y smartphones. Y las herramientas informáticas presentan interfaces sencillas e intuitivas, cuya usabilidad suele estar al alcance y disposición de los usuarios. Pero la realidad que me encuentro en el día a día, es que los profesionales del sector agrario se encuentran muy atareados en su actividades productivas así como en la gestión de los procesos de su actividad, y no siempre logran sacarle el máximo rendimiento a sus inversiones en tecnología o aplicaciones informáticas. Ello puede deberse a que la solución tecnológica adquirida no se ajusta a sus necesidades reales, ya sea por disponer de más funcionalidades de la necesarias o al contrario. Y también porque no se dispone de formación adecuada ni tiempo para formarse, o bien no dispone de personal que realice la labor de digitalización en la empresa, por lo que no queda otra que subcontratar los servicios para sacarle el máximo partido al manejo de la tecnología.
Si te sientes identificado con lo que te he comentado en este post, contáctame reservando una sesión de consultoría, para la cual te pediré que me contestes a un cuestionario con el objetivo de conocer cuales son tus necesidades tecnológicas y saber en que te puedo ayudar.